El 14 de febrero es una fecha importante para las parejas, y como toda fecha importante , puede ser un reflejo de cómo está la relación; así es que San Valentín, además de ser, como dicen, un buen pretexto para expresar amor, también lo es para analizar cómo andan las cosas.

Una realidad es que al pobre San Valentín le toca un trabajo muy duro los 14 de febrero, porque él, con un poco de apoyo de Cupido, se tiene que hacer cargo de muchas cosas que la pareja no puede hacer por sí sola durante todo el año. De modo que, en esta fecha uno puede:

  • Esperar el detalle que no fue dado ni en navidad, ni en el aniversario, ni en el cumpleaños.
  • Recuperar el tiempo en pareja que no se pudo tener durante todo un año.
  • Resolver los sentimientos de enojo acumulados bajo discusiones.
  • Recuperar un sentimiento de amor que puedo sentir apagado.
  • Reconsiderar el amor que le tengo a mi pareja.
  • Compensar algunas culpas.
  • Recibir mágicamente, tras unos detalles, las disculpas de algún error cometido.
  • Reavivar la llama.

Aunque de manera parcial funcione, son muchos objetivos para un sólo día; así, lo anterior crea una expectativas enormes frente al evento generando consecuencias extremistas:

  1. San Valentín puede ser la confirmación de que efectivamente mi relación de pareja no anda bien porque todo lo que soñaba de ese día no se cumplió, o…
  2. San Valentín es aquel analgésico de corta duración que viene a curar el dolor de algunas heridas de forma superficial, ya que no resuelve sino tapa.
 

Estos escenarios extremistas son los que después pueden ser originarios de más conflictos en las relaciones de pareja, ya que todas esas expectativas alrededor de ese día caen como flechas de Cupido sin éxito.

Ojo, esto no es una postura en contra, como tantas otras, del festejo de San Valentín; al contrario, esta fecha puede ser hermosa, y muy bien festejada, cuando la pareja ha estado trabajando por el bienestar de ambos durante todo el año; e inclusive puede ser el inicio de la mejora de la pareja, pero no puede ser todo.

Así que como recomendación:

  • Intentemos hablar de lo que nos preocupa, duele y molesta a tiempo.
  • Pongámosle palabras a los sentimientos, no sólo rosas, chocolates y osos de peluche.
  • Busquemos la reconciliación de la pareja con acuerdos mutuos, no sólo reconciliaciones emergencia.
  • Dejemos de mirar y comparar lo que las demás parejas hacen para estas fechas, busquemos en la propia qué está sucediendo.
  • Procuremos dar tiempo de calidad a la pareja siempre que tengamos oportunidad.
  • Tratemos de ser honestos con mi pareja y con uno mismo respecto a lo que estamos viviendo: ¿hay algo que está faltando?

Son recomendaciones básicas para una relación de pareja, que si las llevamos a cabo como un ejercicio continuo, puede ser la base de una pareja que se sienta en San Valentín todo el año. Y si aún con estas recomendaciones algo falla, puede ser momento de pedir ayuda profesional.

fuente : créditos a quien corresponda

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